ROMA.- La centroizquierda italiana fracasó ayer en su intento de elegir como Presidente a su ex primer ministro, Romano Prodi. En ninguna de las dos rondas de votación realizadas ayer, el candidato obtuvo los 504 votos entre los 1007 electores que le hubiesen permitido reemplazar a Giorgio Napolitano desde el 15 de mayo.
Prodi quedó a unos 100 votos de su objetivo, y luego renunció como candidato del Partido Democrático de Pier Luigi Bersani, en su segundo fracaso estratégico. El primer postulante de Bersani fue Franco Marini, en un acuerdo con la centroderecha de Silvio Berlusconi, que fue dejado de lado porque dividió al propio sector de izquierda.
El dos veces premier, de 73 años, es una figura reconocida a nivel internacional que actualmente se desempeña como enviado de Naciones Unidas para Mali y la región del Sahel y fue presidente de la Comisión Europea. Su postulación no prosperó porque conservadores, derechistas y las fuerzas políticas de centro le dieron la espalda.
Si bien el nombre de Prodi rompió las débiles alianzas acordadas entre los principales partidos (sobre todo porque es un enemigo declarado de Berlusconi), permitió consolidar el voto progresista, aunque fue insuficiente. Se cree que algunos izquierdistas díscolos le negaron apoyo. Muchos diputados sufragaron en blanco o prefirieron protestar en las puertas del Parlamento antes de estar en el recinto.
El fracaso fue también consecuencia de que los votos del contestatario Movimiento Cinco Estrellas, del cómico Beppe Grillo, siguieron volcándose a favor del ex diputado y jurista Stéfano Rodotá, quien sigue en la carrera y es el segundo candidato presidencial más respaldado, detrás de Prodi.
El principal socio del partido de Berlusconi, la formación xenófoba Liga del Norte, apoyó a la ministra del Interior, Anna Maria Cancellieri, miembro del Gobierno en funciones que conduce el primer ministro Mario Monti. También el pequeño grupo que apoya al actual premier respaldó a Cancellieri. Varios diputados liderados por Alessandra Mussolini, nieta del dictador fascista Benito Mussolini, se pusieron remeras con la leyenda "Esto no" y "El diablo viste de Prodi".
Las elecciones indirectas para Presidente se desarrollan en medio de una grave crisis desde las elecciones de febrero. Probablemente el elegido disuelva rápidamente el Parlamento y se repitan los comicios generales. Otra opción es que encargue a un político que busque una minoría para formar un Gobierno reformista durante un tiempo limitado que le permita salir de la parálisis a la deteriorada tercera economía de la eurozona.
La indefinición puso de manifiesto cuán difícil será alcanzar un consenso sobre reformas económicas o por otra ley electoral, que es una de las principales causas del estancamiento actual. (Reuters-DPA-Télam)